AVENTURAS DE DON QUIJOTE

Aventuras de Don Quijote

Estrenamos nuestras Aventuras de Don Quijote, de la mejor manera posible, en el CEIP Cervantes de Torrelavega, que celebró su 75 aniversario. Igualmente orgullosos y satisfechos nos sentimos de todas las actuaciones que hemos realizado con este magnífico espectáculo. Así, fue estupendo actuar en CEIP Malacoria de Ibio (Mazcuerras), en la Biblioteca Municipal “Elena Soriano” de Suances y el Auditorio de Unquera. Las mismas fantásticas sensaciones vivimos en las Antiguas Escuelas en Vargas, en la Plaza de los Guardias en Liérganes, en la Casa de Cultura de Colindres, en la Biblioteca Municipal de Camargo y en el Complejo Vimenor de Vioño, en la Biblioteca Condes de la Mortera de Piélagos y la Casa de Cultura de Puente San Miguel, en el CEIP El Castañal de Selaya, el Centro Cultural de Cartes, el Teatro Las Escuelas de Orejo, el Centro Cultural "Ramón Pelayo" de Solares, CEIP Pedro Santiuste de Argoños, CEIP Marcial Solana de la Concha de Villaescusa, CEIP Flavio San Román de Bárcena de Cicero , CEIP Marquesa de Villuma de San Pantaleón de Aras, CEIP Nuestra Señora del Roble de San Pedro del Romeral, CC San José de El Astillero, Casa de Cultura de Cangas de Onís, Casa de Cultura de Arriondas, Teatro Casino Liceo de Santoña, Santuario de la Virgen de Valencia de Vioño de Piélagos para el CC Antonio Robinet, Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Bezana y el Centro de Estudios Lebaniegos de Potes,

Las más divertidas aventuras de Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza, en un espectáculo con marionetas, dirigido a niñas y niños y a todos los públicos., con dirección e interpretación de Gonzalo San Miguel y escenografía de Boris Menéndez.

Este señor que veis aquí sentado es, ni más ni menos que, Don Miguel de Cervantes, autor de uno de los libros más famosos que jamás se hayan escrito: Don Quijote de la Mancha. Como veis es manco de la mano izquierda, por eso le llamaron “El manco de Lepanto”...

"Allí, en la cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento, y todo triste ruido hace su habitación, allí, digo, en el mismo infierno, pensé con tal ansia en la libetad y en los sueños imposibles, que engendré un personaje al que la lectura de los inverosímiles libros de caballerías y su afán de hacer el bien lo vuelven loco y lo convierten en el hazmerreír de la gente".

Miguel de Cervantes

Y aquí tenéis al Quijote… bueno a don Alonso Quijano, que así lo bautizaron sus padres al nacer y así le llamaban, antes de volverse loco y vagar por los caminos de la Mancha en busca de aventuras.

Todo sucedió por los libros. Le encantaban de todo tipo, pero los que más le gustaban eran los de caballerías. Don Alonso se pasaba día y noche leyendo las historias de estos personajes; no comía, no dormía… y como así no se puede vivir, terminó por enloquecer del todo...

"... Seré caballero andante y me llamaré

don Quijote de la Mancha"

Lo primero que necesitaba eran unas armas y las encontró junto una vieja y destartalada armadura...

Ahora precisaba un caballo, y como no tenía dinero tuvo que conformarse con uno viejo, de semblante triste y cansado. Le llamó Rocinante. Y Rocinante pasó a ser el mejor caballo del mundo para su dueño.

Necesitaba también una princesa a la que amar con locura. Y como en la Mancha no había princesas, pensó que su dama podría ser un viejo amor de juventud, una campesina del Toboso llamada Aldonza Lorenzo, que no era lo que se dice una mujer… hermosa

Ya con armadura, armas, caballo y princesa, Don Quijote buscó un escudero que le acompañase y le sirviera. Y para ello habló con un vecino suyo llamado Sancho Panza. Un hombre bueno, de gran barriga.

Y una día, sin que nadie les viese, caballero y escudero, Don Quijote y Sancho Panza, sobre Rocinante y el rucio, salieron de la aldea en busca de aventuras.

y vaya si las encontraron...

¿recordáis estas?

"¡Que no son gigantes, señor, que son molinos!" gritaba Sancho. Pero Don Quijote corría raudo y valiente hacia los gigantes de su imaginación. "¡Va por tí, hermosa Dulcinea"

Regresaba don Quijote engañado a su aldea, creyendo que viajaba en una jaula mágica, en la que llegaría en un santiamén a Micomicón, donde debería matar siete u ocho gigantes, cuando... Oyó Don onar una trompeta y creyó ver unos diablos que llevaban en hombros a una princesa. Se avalanzó hacia ellos al grito de "¡Soltad a esa princesa, malditos bribones!