CUENTOS DE MIEDO PARA MORIRSE DE RISA

Cuentos de miedo para morirse de risa

GRACIAS A LA BIBLIOTECA MUNICIPAL DE CAMARGO POR ESTE FANTÁSTICO COMENTARIO

DE NUESTRA ACTUACIÓN EN EL CENTRO CULTURAL LA VIDRIERA DE MALIAÑO

"Gonzalo San Miguel, DANTEA TEATRO, llegó el martes acompañado de monstruos, princesas y otros personajes de cuento con la sana intención de darnos un poco de miedo, pero también de hacernos reir.

Gonzalo nunca decepciona, porque es un actor con mucho oficio que consigue sorprender a todos los públicos, apoyándose siempre en elementos muy sencillos, pero eficaces, pero sobre todo apoyándose en una capacidad extraordinaria para transformarse en cualquier ser imaginable.

Gracias por hacernos pasar una tarde de cuentos deliciosa! ¡Y gracias a todo el público que nos acompañó, que aunque no sale en la foto sumaba más de 150!"

Se representa en dos espacios: la sala de actuación en la que el actor hace sus evoluciones y se interrelaciona con las marionetas y, en un segundo espacio contenido en ella, un teatro construido para las marionetas con decorados 120x80 cm. Y marionetas de hasta 60 cm. de alto.

Historias terroríficamente tiernas e hilarantes, que ayudarán a niñas y niños a superar sus miedos psicológicos. Por ello, Cuentos de miedo para morirse de risa es una sana invitación a expulsar los miedos inútiles de nuestra vida y a abrirnos a vivirla de par en par. Niñas y niños reconocerán sus propios miedos y les ayudará a superarlos, siempre de una forma divertida y comprensiva.

LA OBRA

Provengo de un pueblo de Cantabria apenas conocido, a pesar de que en él nació uno de los héroes del 2 de mayo de 1808, Don Pedro Velarde.

Muy cerca de su casa natal hay un enorme edificio del que los más viejos del lugar cuentan que, en otros tiempos, fue una mansión encantada... porque no había hijo de vecino capaz de resistir una noche entera dentro de él. Morir de miedo o volverse loco era lo menos que le podía pasar...

Esas pinturas tan extrañas son retratos de las niñas que aparecen a su lado, Lluvia y Niebla. Fueron pintados por su madre Tricia, tras adquirir en una subasta la mansión encantada, y pertenecen al simborealismo. Pero a Aurelia le parecían una mamarrachada.

Aurelia es el siguiente fantasma que habitó la mansión y al que Lluvia y Niebla, dos niñas encantadoras, hicieron imposible su existencia (que no vida, por eso de que se trata de un fantasma) hasta que se acostumbraron a su presencia y buscaban su compañía, pues para ellas era como tener una abuela que les hacia descubrir cosas nuevas.

Con Aurelia se acabaron los encantamientos, los fantasmas y otros seres fantásticos. Y aún así todas las noches recorría las estancias de la mansión tras mi abuela con la única luz de una linterna, “por si había alguien escondido” en algún rincón de tan magnífico edificio.

Por ello no me gustaba la noche, ni la oscuridad, ni siquiera la penumbra. Y desde que mi abuela nos dejó, siempre me aseguré de que toda la casa estuviese iluminada por la noche.

¡Lo que me perdí! La luna de helado de nata, las estrellas de todos los tamaños y colores, las ranas, los grillos…

Un día encontré monstruos escondidos en mi habitación. Los pobres Estaban ¡ATERRORIZADOS!

Tienen un aspecto es fiero, cantan canciones que parecen aullidos, se esconden en los armarios, en los cajones... pero no debéis tenerles miedo, debéis comprenderles, abrazarles y darles mucho cariño, porque por las noches lloran y tienen pesadillas.

¡Si es que son como niños!